LA COMUNIÓN DEL CIENTÍFICO
Si algo realmente iluminaba la cara de Rubén era
su colección de fósiles. De todos los tamaños y maneras llenaban la estantería
de su habitación. El problema era, claro, desprenderse de ellos para decorar el
banquete de su Primera Comunión. Así pues, intentamos reemplazarlos por piedras
en las que dibujamos “los fósiles de Rubén”.
El resto: flores, globos, probetas y vasos de
precipitado (llenos de chuches), libros del Cretácico y toda la ilusión de un
pequeño científico y su magnífico laboratorio.
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